El Juego de la Fortuna es un ritual japonés muy antiguo de adivinación. Hace años era muy popular, y se le llamaba "Tsuji-ura" o Encrucijada de Adivinación.
Para jugar necesitas un peine y algo para cubrirte la cara. Puedes jugar solo o con amigos.
1- Ve a una encrucijada de caminos después de que anochezca.
2- Haz sonar el peine tres veces, pasando la yema de los dedos por los dientes del peine. Mientras lo haces, repite las palabras "Tsuji-ura, Tsuji-ura, concédeme una respuesta verdadera".
3- Espera hasta que pase un desconocido. Es muy importante que se trate de alguien que no conozcas de nada. Cuando se aproxime, tápate el rostro con algo. Puedes ocultarlo tras un libro o periódico, si quieres. Si juegas con más gente, ellos también deben taparse la cara.
4- Pregúntale al extraño cuál será tu suerte. Si el desconocido se niega a responder o no dice nada, tendrás que esperar a que pase otro.
Se cree que los espíritus de los muertos deambulan por las calles de noche. También se cree que el diablo puede encontrarse en las encrucijadas durante las noches, tomando forma humana. Así que cuando preguntes a un desconocido, estarás intentando formularle esa pregunta a un espíritu o demonio.
Nunca se sabe... el desconocido al que le preguntes podría ser un fantasma o bien el mismísimo satanás.
Advertencia: se recomienda encarecidamente no jugar. Algunas personas que lo han hecho han terminado suicidándose, ante el trágico futuro que el juego les reveló. Además, es peligroso permanecer durante la noche en zonas poco transitadas, pues alguien podría asaltarte.
Este ritual se popularizó tanto en Japón, que de ahí surgieron las famosas galletas de la fortuna, con mensajes en su interior. La creencia de que estas galletas tienen origen chino es, por lo tanto, falsa.
Entering the other side...
Un blog dedicado al terror y las leyendas urbanas, especialmente de Japón.
sábado, 2 de marzo de 2013
Satoru
Al igual que Kokkuri-san, este es otro juego que se utiliza para invocar un espíritu (o demonio) capaz de responder toda clase de preguntas, ya sean referentes al pasado, presente o futuro. Como suele ocurrir, este juego entraña sus riesgos.
No obstante, en tu mano está jugar o no. Si decides hacerlo, necesitarás un teléfono móvil, algunas monedas y un teléfono público (una cabina telefónica).
Instrucciones:
1. Mete las monedas que necesites en la cabina, y marca el número de teléfono de tu móvil.
2. Repite estas palabras: "Satoru-kun, Satoru-kun, por favor acude a mí. Satoru, Satoru, por favor muéstrate. Satoru, Satoru, por favor, si estás ahí, respóndeme".
3. Después de eso, cuelga el teléfono público y apaga tu teléfono móvil.
Si has hecho todo bien, recibirás una llamada de Satoru-kun en las próximas 24 horas.
Cuando te llame por primera vez, Satoru-kun te dirá donde está. Después, colgará.
Te llamará en varias ocasiones para decirte lo mismo, y te darás cuenta de que cada vez estará más cerca del lugar donde te encuentres.
La última vez que te llame, te dirá: "Ahora estoy detrás de ti".
Este es el momento en el que debes formular tu pregunta rápidamente.
Reglas que debes tener en cuenta en este juego
- No te des la vuelta y mires a Satoru.
- No le toques.
- No le llames, es decir, no juegues a esto si no tienes ninguna pregunta que formularle.
- Cuando esté detrás de ti, no dudes ni un segundo. Haz tu pregunta inmediatamente.
Si rompes alguna de estas reglas morirás, y Satoru te arrastrará al infierno consigo. Así que sería buena idea pensar la pregunta con antelación.
jueves, 28 de febrero de 2013
La historia de Junko Furuta
Esta entrada no trata de demonios, ni fantasmas, ni maldiciones. Y sin embargo, no está exenta de horror. Porque a menudo no existe un horror mayor que el contemplar de lo que es capaz el ser humano.
El de Junko Furuta fue un caso real, e impactó a todo el país debido a su brutalidad y crudeza.
Junko era una muchacha normal, de 17 años, que estudiaba bachillerato en un instituto de Saitama. En noviembre de 1988, cuatro alumnos de su misma escuela (Hiroshi, Kamisaku, Nobuharu y Yasushi) decidieron secuestrarla y retenerla en contra de su voluntad en el domicilio de los padres de Nobuharu.
Para que la policía no fuese en su busca, la obligaron a llamar a sus padres y decirles que se había escapado de casa, pero estaba con un amigo y a salvo.
Cuando los padres de Nobuharu estaban en casa, ella tenía que hacerse pasar por su novia, para que no sospecharan nada. Más tarde ni siquiera hizo falta esta excusa, pues los padres de Nobuharu estaban tan aterrorizados por las amenazas de Hiroshi (por aquel entonces miembro de la yakuza), que no hicieron nada por ayudar a Junko, pese a sus súplicas.
Junko Furuta
Junko Furuta no sólo fue retenida en contra de su voluntad, sino que tuvo que sufrir numerosas vejaciones y torturas a costa de la diversión de esos cuatro.
Estas son algunas de las torturas que reconocieron haber infligido a Junko: forzarla a permanecer desnuda y atada todo el tiempo; introducir cuerpos extraños en su vagina, incluida una barra de hierro; obligarla a beber su propia orina; alimentarla con cucarachas; insertar aparatos pirotécnicos en su recto y prenderlos posteriormente; obligar a Junko a masturbarse mientras miraban y violarla posteriormente; amputarle un pezón con unos alicates; arrojarle pesas al estómago; quemarla con cigarrillos y mecheros; colgarla y usarla como saco de boxeo; quemarle los párpados con cera caliente; romperle los huesos de una mano a pisotones...
Junko intentó escapar y llamar a la policía muchas veces, pero siempre la descubrieron y castigaron posteriormente con alguna de las acciones anteriores. La joven se encontraba en un estado tan precario que tardaba alrededor de una hora en bajar las escaleras para ir al baño. Llegó a suplicar que la matasen y siguiesen con sus vidas.
Casa de los Nobuharu, donde Junko pasó por un calvario durante 44 días
En el juicio, uno de los secuestradores afirmó que alrededor de un centenar de personas sabía que Junko estaba presa en casa de Nobuharu, pero no hicieron nada por intervenir. No se sabe, no obstante, si sólo conocían la situación de Furuta o también participaron en los abusos. Llegados a este punto, el caso guarda cierta similitud con el de Sylvia Likens.
El cautiverio de Junko duró 44 días. El cuatro de enero, forzaron a la muchacha a jugar al mahjong (juego chino que consiste en emparejar piezas de madera con dibujos), y ganó la partida. Uno de los chicos se enfureció por ello y comenzó a golpearla con una pesa de hierro. Después la roció con un líquido inflamable y le prendió fuego.
Horas después, Junko Furuta falleció, en estado de shock.
Los asesinos se deshicieron de su cuerpo, escondiéndolo en un bidón lleno de cemento y abandonándolo en Tokyo.
Fueron arrestados y encarcelados por secuestro, asesinato y tortura, pero no por violación, pues según el estado en que se encontraba el cuerpo de Junko no se podía demostrar que el semen fuese de sus agresores.
Los padres de Junko ganaron el juicio contra los de Nobuharu y fueron indemnizados con 50 millones de yenes. Pidieron también la pena de muerte, pero no se le concedió.
A raíz de este caso, que tuvo una enorme cobertura, se rodaron varias películas y se publicaron algunos mangas con la historia de Junko. Así mismo, el grupo The GazettE compuso su canción Taion como tributo a la joven.
Es imposible imaginar siquiera lo mucho que tuvo que sufrir Junko Furuta durante todo este tiempo. Nadie se merece pasar por algo así, sobre todo una muchacha inocente que no ha hecho ningún daño.
Quizá conocer la historia de Junko nos haga ser más conscientes del mundo que nos rodea, y de que desgraciadamente no podemos simplemente confiar en los demás sin exponernos a consecuencias negativas.
Descansa en paz, Junko.
Futakuchi-onna
Como su nombre indica, Futakuchi-onna es una mujer (onna) que posee dos bocas (futakuchi), una situada en su rostro y otra en la parte posterior de la cabeza, entre sus cabellos.
Al igual que Kuchi-sake Onna y Yuki Onna, es un yokai, es decir, un espíritu maligno, afectado por una maldición o que murió en extrañas circunstancias. Y al igual que los Rokurokubi, las Futakuchi suelen ocultar su característica más terrorífica y aparentar ser una mujer normal, hasta que revelan su auténtica naturaleza en el último momento...
Pintura de estilo tradicional que muestra una mujer con una segunda boca en la nuca, alimentándose
Generalmente, quienes acaban convirtiéndose en este tipo de yokai, son mujeres delicadas, que raramente comen, a veces por su pobreza. Para contrarrestar su falta de alimentación, una segunda boca les crece en el cráneo. Esta boca puede gritar cosas amenazantes y exigir comida a la mujer. Si no se hace caso a sus demandas, puede comenzar a emitir molestos chillidos.
Pronto, los cabellos de la dama comenzarán a moverse como si se tratase de serpientes, tomando la comida de su plato y alimentando a la segunda boca. A menudo, la segunda boca apenas deja alimento a la original.
Hay otras historias que cuentan que una mujer fue golpeada por accidente por el hacha de su marido en la cabeza, mientras este cortaba leña. La herida no llegó a curarse y de ahí surgió la segunda boca.
En otras versiones, una madre mezquina deja morir a su hijastro de hambre mientras ella se queda con toda la comida. El espíritu del niño busca venganza, convirtiéndose en su segunda boca.
Pero la historia más común sobre el origen de Futakuchi-onna es la siguiente:
En una aldea vivía un hombre avaro, completamente solo, pues no podía soportar la idea de gastar su dinero en comida para una esposa.
Un día, conoció a una mujer que no comía nada, y de inmediato la tomó por esposa. Comenzó a emocionarse, pensando en todo lo que podría hacer con el dinero que se ahorrase en comida... pero pasaron los días y se dio cuenta, con extrañeza, de que sus reservas de arroz estaban menguando misteriosamente.
Una mañana, el hombre fingió marcharse a trabajar, pero se quedó escondido, espiando a su mujer. Con horror, contempló como el cabello de su esposa se apartaba, revelando una enorme boca abierta de par en par, por encima de su nuca. Los mechones de su larga cabellera comenzaron a moverse como tentáculos, tomando una cuchara y llevándola repleta de arroz a esa espantosa boca hambrienta.
miércoles, 27 de febrero de 2013
Aokigahara, el bosque de los suicidios
Aokigahara es un bosque muy extenso, de unos 35 km, situado en la base del Monte Fuji.
El turismo está limitado a unas pocas áreas, y aunque no está prohibido adentrarse en él, hay numerosos carteles que tratan de disuadir a aquel que lo intente.
El motivo es que desde hace muchísimos años existe la creencia de que el bosque de Aokigahara está maldito. Habitado por demonios y espíritus de los niños y ancianos que fueron abandonados allí durante la época feudal, cuando sus familias no podían mantenerles.
También se dice que los yacimientos de hierro magnético que hay en este bosque inutilizan las brújulas y GPS, facilitando que los viajeros se pierdan.
El bosque de Aokigahara, en la base del monte Fuji.
En 1960, se publicó la novela Nami no Tou, de Seicho Matsumoto, en la que los dos amantes protagonistas acaban suicidándose en Aokigahara. Desde entonces, muchas personas comenzaron a considerar su suicidio allí, como una idea romántica. Por si fuera poco, en 1993 se recomendó este lugar en El Completo Manual del Suicidio, de Wataru Tsurumi.
Como resultado, cientos de personas eligen este emplazamiento para quitarse la vida.
Cada año, se organizan patrullas que recorren los lugares más recónditos de Aokigahara para retirar los cuerpos. No obstante, no siempre consiguen dar con todos.
El bosque de Aokigahara tiene una atmósfera extraña
Quienes visitan este lugar, dicen que es especialmente silencioso. Por supuesto, no está muy frecuentado, por lo que uno puede sentirse especialmente solo allí. Apenas se oye el canto de los pájaros y no se escuchan sonidos de otros animales. Sólo las propias pisadas sobre la hojarasca.
Los excursionistas y turistas dejan objetos personales como modo de señalización para no perderse. También dibujan flechas en los troncos o atan largos lazos de colores de un tronco a otro para encontrar el camino de vuelta. Algo así como Hansel y Gretel con las migas de pan.
Lazos azules atados a los troncos de los árboles, que crean un camino para internarse en el bosque
El bosque de Aokigahara es el segundo lugar donde más suicidios se han producido en el mundo, después del Golden Gate (EEUU).
Desde la década de los 50, se han encontrado más de 500 cuerpos. Los suicidios aumentaron en la década de los 80. En los últimos años, este ha sido un tema un tanto tabú en Japón. No se habla mucho de ello, con el fin de reducir los suicidios.
Se han colocado también numerosos carteles alrededor del bosque, en varios idiomas, para disuadir a aquellos que acudan al bosque para suicidarse. Además de las partidas de búsqueda de cuerpos, la policía suele patrullar por los alrededores, en busca de posibles suicidas.
Cartel situado en Aokigahara, que insta a quien acuda a suicidarse a buscar ayuda.
Si te adentras en este lugar, es común que encuentres restos de presencia humana: ropa, cigarrillos, paraguas, mochilas, zapatos, objetos de aseo... todo ello tirado por el suelo, abandonado. Es muy posible que pertenezcan a personas que se han suicidado, en ese mismo lugar, cuyos cuerpos fueron retirados más tarde, cuando las patrullas dieron con ellos.
Algunos efectos personales esparcidos por el suelo de Aokigahara
Muchos afirman que se escuchan pisadas y se aprecia movimiento entre los árboles, pese a que cuando se dan la vuelta, descubren que están completamente solos.
A lo largo del bosque pueden encontrarse objetos cuya presencia allí es inexplicable. En este blog (en inglés), un joven cuenta su experiencia en Aokigahara con dos amigos, con fotos y vídeos incluidos. Recomiendo su lectura, pues es realmente interesante y completo. Ellos encuentran, después de internarse bastante en el bosque, una caseta de perro abandonada. En mitad de ninguna parte. ¿Qué podría hacer una caseta de perro allí?.
También relatan haber visto objetos parecidos a los que salen en la película El Proyecto de la Bruja de Blair, como crucifijos hechos con ramas y cuerda, palos colgados de las ramas de los árboles en lo que parece ser una representación de aquellos que se ahorcan, pintadas en los árboles que se asemejan a caras... todo bastante siniestro.
El ahorcamiento es el método de suicidio mayoritario en Aokigahara
Se dice que entre las 2 y las 3 de la madrugada es cuando más se manifiestan los espíritus que habitan Aokigahara. No es que existan claras evidencias, pero desde luego, no me gustaría encontrarme en ese bosque de madrugada, completamente a oscuras y en medio de un silencio total.
Y por si lo sobrenatural no te convence, quizá pueda resultarte poco atractiva la perspectiva de encontrar un cuerpo o cualquier resto humano en mitad de tu paseo, cosa que es posible, dado el ratio de suicidios (entre 70 y 100 cuerpos son hallados por excursionistas o guardabosques cada año).
Calavera en el suelo del bosque. Muchos excursionistas encuentran restos humanos en Aokigahara
He decidido prescindir de poner fotos con contenido más fuerte en esta entrada, pese a que en un principio tenía previsto incluirlas. Son imágenes que pueden resultar muy impactantes, especialmente en personas sensibles, por lo que sólo remitiré a buscar "Aokigahara" en google imágenes para aquellos que crean que no van a verse afectados al verlas. Si no estás seguro, te recomiendo que no las busques, pues son fotos auténticas de cadáveres que han sido hallados en este lugar.
Por último dejo un documental sobre la experiencia de un guardabosques que ha trabajado allí durante muchos años (subtitulado en inglés).
El Infierno de Tomino
"El Infierno de Tomino" es un poema escrito por Yomota Inuhiko y publicado en el libro "El Corazón es como una Piedra Rodante". Fue incluido en la colección de poemas de Saizo Yaso de 1919.
No se sabe cómo comenzó el rumor exactamente, pero se dice que cosas trágicas te sucederán si lo lees en voz alta.
En el mejor de los casos, podrías acabar enfermo o herido. Pero puede que algo aún más terrible te ocurra, así que procura leerlo solo mentalmente.
El Infierno de Tomino
Su hermana mayor vomitaba sangre, la menor escupía fuego.
La linda Tomino escupía perlas de cristal.
Tomino cayó en el infierno sola.
El infierno está envuelto en oscuridad, y ni las flores crecen.
¿Es la hermana mayor de Tomino la que porta el látigo?
El número de ronchas rojas es preocupante.
Azotes, palizas, y golpes,
el camino al infierno eterno sólo tiene una dirección.
Ruega por un guía en la oscuridad del infierno.
De las ovejas de oro, del ruiseñor.
Me pregunto cuánto puso en la bolsa de cuero,
para la preparación del viaje hacia el infierno.
La primavera llega incluso al bosque y al vapor.
Incluso al vapor del oscuro infierno.
En la jaula hay un ruiseñor, en el carro una oveja.
En los ojos de la linda Tomino hay lágrimas.
Llora, ruiseñor, hacia el bosque lluvioso.
Grita lo mucho que extraña a su hermana menor.
El eco de su llanto resuena en el infierno.
y una rosa rojo-sangre florece.
A través de las siete montañas y valles del infierno,
la linda Tomino viaja sola.
Para darte la bienvenida al infierno,
los picos relucientes de las puntiagudas montañas,
dan pinchazos frescos en la carne,
como un signo hacia la linda Tomino.
El testimonio de una persona que leyó el poema afirma lo siguiente:
"Una vez leí El Infierno de Tomino" en directo, para un programa de radio llamado Radio Urban Legends.
Al principio todo era normal. Pero después, cada vez era más difícil seguir leyendo. Leí la mitad y después me vine abajo y tiré el papel. Dos días después, me lesioné, y tuvieron que darme siete puntos de sutura. No quiero pensar que fue por el poema..."
No se sabe cómo comenzó el rumor exactamente, pero se dice que cosas trágicas te sucederán si lo lees en voz alta.
En el mejor de los casos, podrías acabar enfermo o herido. Pero puede que algo aún más terrible te ocurra, así que procura leerlo solo mentalmente.
El Infierno de Tomino
Su hermana mayor vomitaba sangre, la menor escupía fuego.
La linda Tomino escupía perlas de cristal.
Tomino cayó en el infierno sola.
El infierno está envuelto en oscuridad, y ni las flores crecen.
¿Es la hermana mayor de Tomino la que porta el látigo?
El número de ronchas rojas es preocupante.
Azotes, palizas, y golpes,
el camino al infierno eterno sólo tiene una dirección.
Ruega por un guía en la oscuridad del infierno.
De las ovejas de oro, del ruiseñor.
Me pregunto cuánto puso en la bolsa de cuero,
para la preparación del viaje hacia el infierno.
La primavera llega incluso al bosque y al vapor.
Incluso al vapor del oscuro infierno.
En la jaula hay un ruiseñor, en el carro una oveja.
En los ojos de la linda Tomino hay lágrimas.
Llora, ruiseñor, hacia el bosque lluvioso.
Grita lo mucho que extraña a su hermana menor.
El eco de su llanto resuena en el infierno.
y una rosa rojo-sangre florece.
A través de las siete montañas y valles del infierno,
la linda Tomino viaja sola.
Para darte la bienvenida al infierno,
los picos relucientes de las puntiagudas montañas,
dan pinchazos frescos en la carne,
como un signo hacia la linda Tomino.
El testimonio de una persona que leyó el poema afirma lo siguiente:
"Una vez leí El Infierno de Tomino" en directo, para un programa de radio llamado Radio Urban Legends.
Al principio todo era normal. Pero después, cada vez era más difícil seguir leyendo. Leí la mitad y después me vine abajo y tiré el papel. Dos días después, me lesioné, y tuvieron que darme siete puntos de sutura. No quiero pensar que fue por el poema..."
martes, 26 de febrero de 2013
Kokkuri-san, ouija japonesa.
Kokkuri o Kokkuri-san es un juego japonés, muy parecido a la ouija, mediante el cual se invoca a algún espíritu para poder formularle preguntas sobre el futuro.
Es muy popular entre los estudiantes, tanto, que se han producido varios episodios de histeria colectiva debido a este juego. Los profesores a menudo amonestan a aquellos alumnos que sorprenden jugando a Kokkuri-san.
Es muy peligroso jugar a la ouija ya que se puede invocar a un demonio por error, o atraer algún ente maligno que posea a alguno de los participantes. Se dice que entraña menos peligro jugar a Kokkuri san, ya que en ello se ven envueltos espíritus de la religión sintoísta.
Kokkuri-san es el nombre del espíritu al que se invoca en este juego. Es un espíritu animal, una mezcla entre un zorro, un perro y un mapache. Cada uno de estos animales aporta sus características a Kokkuri-san: en zorro puede ser un buen maestro, pero también un embaucador; el perro es leal y protector; y el mapache, puede ser muy travieso, pero también trae buena suerte. Todo esto es Kokkuri.
Quienes juegan a esto, suelen formular preguntas más o menos banales, pero conviene recordar que hay algunas preguntas cuya respuesta es mejor no saber.
Cómo jugar a Kokkuri-san:
Necesitas al menos dos personas más que también participen, una hoja de papel, un bolígrafo y una moneda.
1- Coge la hoja de papel (debe estar en blanco) y dibuja una "torii" o puerta tradicional japonesa como esta:
No es necesario que te esfuerces mucho, con que el símbolo que dibujes tenga esa forma, es suficiente. Dibújala en la parte superior de la hoja, y con tinta roja. A un lado de la torii, escribe "SÍ", y al otro lado "NO". Debajo de esto, escribe una fila de números, del 0 al 9, y tres filas de letras, de la A, a la Z.
2- Abre la puerta o una ventana de la habitación en la que vayáis a jugar, para que Kokkuri-san pueda pasar. La torii simboliza una entrada a un templo shinto y el espíritu podrá acceder a este mundo a través de ella.
3- Coloca la moneda sobre la torii. Cada uno debéis colocar un dedo sobre la moneda.
4- Llama al espíritu diciendo estas palabras en voz alta: "Kokkuri-san, Kokkuri-san, si estás aquí, por favor, mueve esta moneda".
5- Podéis hacerle las preguntas que queráis a Kokkuri-san. Moverá la moneda sobre las letras y los números para responderos.
6- Para terminar el juego, debéis pedirle a Kokkuri-san que se marche de esta manera: "Kokkuri-san, Kokkuri-san, por favor, vuelve a casa". La moneda se moverá hacia el "Sí", y después regresará a la torii, donde se quedará quieta.
7- Cuando estéis seguros de que Kokkuri-san se ha marchado, debéis destruir la hoja de papel. Podéis romperla en pedazos o quemarla. Además, tenéis que gastar la moneda con la que hayáis jugado antes de que termine el siguiente día.
Kokkuri-san es más seguro que la ouija. Sin embargo, es recomendable que no juegues, ya que podrías recibir respuestas que no te gusten. Además, recuerda que Kokkuri-san es en parte un espíritu bromista, y podría mentirte.
Es muy popular entre los estudiantes, tanto, que se han producido varios episodios de histeria colectiva debido a este juego. Los profesores a menudo amonestan a aquellos alumnos que sorprenden jugando a Kokkuri-san.
Es muy peligroso jugar a la ouija ya que se puede invocar a un demonio por error, o atraer algún ente maligno que posea a alguno de los participantes. Se dice que entraña menos peligro jugar a Kokkuri san, ya que en ello se ven envueltos espíritus de la religión sintoísta.
Kokkuri-san es el nombre del espíritu al que se invoca en este juego. Es un espíritu animal, una mezcla entre un zorro, un perro y un mapache. Cada uno de estos animales aporta sus características a Kokkuri-san: en zorro puede ser un buen maestro, pero también un embaucador; el perro es leal y protector; y el mapache, puede ser muy travieso, pero también trae buena suerte. Todo esto es Kokkuri.
Quienes juegan a esto, suelen formular preguntas más o menos banales, pero conviene recordar que hay algunas preguntas cuya respuesta es mejor no saber.
Cómo jugar a Kokkuri-san:
Necesitas al menos dos personas más que también participen, una hoja de papel, un bolígrafo y una moneda.
1- Coge la hoja de papel (debe estar en blanco) y dibuja una "torii" o puerta tradicional japonesa como esta:
Versión japonesa del tablero de Kokkuri
2- Abre la puerta o una ventana de la habitación en la que vayáis a jugar, para que Kokkuri-san pueda pasar. La torii simboliza una entrada a un templo shinto y el espíritu podrá acceder a este mundo a través de ella.
3- Coloca la moneda sobre la torii. Cada uno debéis colocar un dedo sobre la moneda.
4- Llama al espíritu diciendo estas palabras en voz alta: "Kokkuri-san, Kokkuri-san, si estás aquí, por favor, mueve esta moneda".
5- Podéis hacerle las preguntas que queráis a Kokkuri-san. Moverá la moneda sobre las letras y los números para responderos.
6- Para terminar el juego, debéis pedirle a Kokkuri-san que se marche de esta manera: "Kokkuri-san, Kokkuri-san, por favor, vuelve a casa". La moneda se moverá hacia el "Sí", y después regresará a la torii, donde se quedará quieta.
7- Cuando estéis seguros de que Kokkuri-san se ha marchado, debéis destruir la hoja de papel. Podéis romperla en pedazos o quemarla. Además, tenéis que gastar la moneda con la que hayáis jugado antes de que termine el siguiente día.
Kokkuri-san es más seguro que la ouija. Sin embargo, es recomendable que no juegues, ya que podrías recibir respuestas que no te gusten. Además, recuerda que Kokkuri-san es en parte un espíritu bromista, y podría mentirte.
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